sábado, 1 de noviembre de 2008

'Quantum of Solace'

Se trata de un momento de solaz, un momento de paz que uno encuentra en su interior.

Si uno encuentra su 'Quantum of Solace',  quiere decir que ha encontrado lo que es la vida.

miércoles, 29 de octubre de 2008

LOVE ME

Love me in the Springtime, when all is green and new,
Love me in the Summer, when the sky is oh so blue,
Love me in the Autumn, when the leaves are turning brown,
Love me in the Winter, when the snow is falling down.

Love me when I'm happy, and even when I'm sad,
Love me when I'm good, or when I'm oh so bad,
Love me when I'm pretty, or if my face is plain,
Love me when I'm feeling good, or when I'm feeling pain.

Love me always darlin', in the rain or shining sun,
Love me always darlin', after all is said and done,
Love me always darlin', until all our life is through,
Love me always darlin', for I'll be lovin' you!

Who needs to be rescued?


Sometimes, women need to be rescued by men…

But there is also times that men need to be rescued by women

Banana pancakes o razones para enamorarse de Jack Johnson





There ain't no need to go outside
But baby, you hardly even notice
When I try to show you
this song It's meant to keep you
From doin' what you're supposed to
Like wakin' up too early
Maybe we could sleep in
I'll make you banana pancakes
Pretend like it's the weekend now

And we could pretend it all the time
Can't you see that it's just rainin'
There ain't no need to go outside

But just maybe, hala ka ukulele
Mama made a baby
I really don't mind the breakfast
Because you're my little lady
Lady, lady love me

Because I love to lay here lazy
We could close the curtains

Pretend like there's no world outside
And we could pretend that all the time
Can't you see that it's just raining
There ain't no need to go outside

Ain't no need, ain't no need
Can't you see, can't you see

Rain all day and I don't mind

The telephone singing, ringing, it's too early
Don't pick it up
We don't need to
We got everything we need right here
And everything we need is enough
It's just so easy
When the whole world fits inside of your arms

Do we really need to pay attention to the alarm
Wake up slow, wake up slow

But baby, you hardly even notice
When I try to show you this song
It's meant to keep you
From doin' what your supposed to
Like wakin' up too early
Maybe we could sleep in

I'll make you banana pancakes

Pretend like it's the weekend now
And we could pretend it all the time
Can't you see that it's just rainin'
There ain't no need to go outside

Ain't no need, ain't no need
Rain all day and I really, really, really don't mind
Can't you see, can't you see

We've got to wake up slow 

Favorite Cartoons





martes, 28 de octubre de 2008

SUPERADAS 19 (MAITENA)

SUPERADAS 10 (MAITENA)

MUJERES ALTERADAS 5 (MAITENA)

Charla entre la razón y el corazón...

¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo, si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando, o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?

Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días, meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se auto convence, y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse, y se vuelve a sentir fuerte...

Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor, con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, por que la RAZÓN piensa:

”¡Otra vez no! ¿o acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie?, ¿o no te acuerdas de esas noche sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas?

¿Quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estas de pie no sería mejor que anduvieras por otros caminos? Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre/una mujer que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña?...

¡Piensa! ¡no te equivoques! Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos, ¿crees que vale la pena?

Haz lo que te digo, no existen los amores eternos, y seguramente, todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar" Y se hace un silencio eterno...

El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:

"No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí sé que no son tampoco del todo equivocadas: no es lo mismo pensar que sentir, no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente, porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquel que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama, pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado, pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor... Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir...

Porque el amor no sólo es alegría, no solo es paz y ternura, el amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno... la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el CORAZÓN.

Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza, un cuerpo sin alma.

Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente... le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama... lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que por rencor o desconsuelo no sea capaz de tomar a la persona que ama, y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida...

Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA".

Se hizo el silencio... y, sin mediar palabra, el CORAZÓN, decidió tomar el camino correcto... y fue tras el amor...

Autor desconocido

El hombre perfecto...

Es el confidente que conoce mis sueños, deseos y temores más profundos...
Es el protector que con solo abrazarme me da la seguridad de que nada malo sucederá...
Es el consolador con quien puedo desahogarme sabiendo que tendrá las palabras exactas para hacerme sentir mejor...
Es el compañero eterno con quien podría pasar la vida entera conversando...
Es el amigo en el que mas confío el que estará ahí siempre que lo necesite...
Es el amante perfecto quien me enciende cada noche, y me hace convertir en fuego abrasador y cálida llama...
Es el ser humano que admiro más que nadie en el mundo por sus valores por su nobleza...
Es el complemento con el que nunca mas sentiré un vació en mi corazón porque a su lado me siento plena...
Es un hombre seguro que sabe lo que puede alcanzar y lucha por conseguirlo cada día porque tiene la capacidad de lograrlo...
Es el hombre inteligente que lo demuestra en todo momento y en todas sus acciones...
Es el que se entrega por completo cada día sin condiciones, sin límites...
El que me llena de amor con cada detalle, con cada palabra y aun con solo un pensamiento...
Es aquel que al mismo tiempo puede ser romántico y apasionado, fuerte y sensible, maduro pero en el fondo siempre un niño travieso...
El hombre perfecto hoy sé que lo he encontrado, porque el hombre perfecto...
Eres tú...


Rosas


Los zapatos rojos

De : Hans Christian Andersen

Hubo una vez una niñita que era muy pequeña y delicada, pero que a pesar de todo tenía que andar siempre descalza, al menos en verano, por su extraña pobreza. Para el invierno sólo tenía un par de zuecos que le dejaban los
tobillos terriblemente lastimados.

En el centro de la aldea vivía una anciana zapatera que hizo un par de zapatitos con unos retazos de tela roja. Los zapatos resultaron un tanto desmañados, pero hechos con la mejor intención para Karen, que así se llamaba la niña. La mujer le regaló el par de zapatos, que Karen estrenó el día en que enterraron a su madre. Ciertamente los zapatos no eran de luto, pero ella no tenía otros, de modo que Karen marchó detrás del pobre ataúd de pino así, con los zapatos rojos, y sin medias.

Precisamente acertó a pasar por el camino del cortejo un grande y viejo coche, en cuyo interior iba sentada una anciana señora. Al ver a la niñita, la señora sintió mucha pena por ella, y dijo al sacerdote:

-Deme usted a esa niña para que me la lleve y la cuide con todo cariño.
Karen pensó que todo era por los zapatos rojos, pero a la señora le parecieron horribles, y los hizo quemar. La niña fue vestida pulcramente, y tuvo que aprender a leer y coser. La gente decía que era linda, pero el espejo añadía más: "Tú eres más que linda. ¡Eres encantadora!"

Por ese tiempo la Reina estaba haciendo un viaje por el país, llevando consigo a su hijita la Princesa. La gente, y Karen entre ella, se congregó ante el palacio donde ambas se alojaban, para tratar de verlas. La princesita salió a un balcón, sin séquito que la acompañara ni corona de oro, pero ataviada enteramente de blanco y con un par de hermosos zapatos de marroquí rojo. Un par de zapatos que eran realmente la cosa más distinta de aquellos que la pobre zapatera había confeccionado para Karen. Nada en el mundo podía compararse con aquellos zapatitos rojos.

Llegó el tiempo en que Karen tuvo edad para recibir el sacramento de la confirmación. Le hicieron un vestido nuevo y necesitaba un nuevo par de zapatos. El zapatero de lujo que había en la ciudad fue encargado de tomarle la medida de sus piececitos. El establecimiento estaba lleno de cajas de vidrio que contenían los más preciosos y relucientes zapatos, pero la anciana señora no tenía muy bien la vista, de modo que no halló nada de interés en ellos. Entre las demás mercaderías había también un par de zapatos rojos como los que usaba la Princesa. ¡Qué bonitos eran! El zapatero les dijo que habían sido hechos para la hija de un conde, pero que le resultaban ajustados.
-¡Cómo brillan! -comentó la señora-. Supongo que serán de charol.
-Sí que brillan y mucho -aprobó Karen, que estaba probándoselos. Le venían a la medida, y los compraron, pero la anciana no tenía la mejor idea de que eran rojos, o de lo contrario nunca habría permitido a Karen usarlos el día de su confirmación.

Todo el mundo le miraba los pies a la niña, y en el momento de entrar en la iglesia aún le parecía a ella que hasta los viejos cuadros que adornaban la sacristía, retratos de los párrocos muertos y desaparecidos, con largos ropajes negros, tenían los ojos fijos en los rojos zapatos de Karen. Ésta no pensaba en otra cosa cuando el sacerdote extendió las manos sobre ella, ni cuando le habló del santo bautismo, la alianza con Dios, y dijo que desde ahora Karen sería ya una cristiana enteramente responsable. Respondieron las solemnes notas del órgano, los niños cantaron con sus voces más dulces, y también cantó el viejo preceptor, pero Karen sólo pensaba en sus zapatos rojos.

Al llegar la tarde ya la señora había oído decir en todas partes que los zapatos eran rojos, lo cual le pareció inconveniente y poco decoroso para la ocasión. Resolvió que en adelante cada vez que Karen fuera a la iglesia llevaría zapatos negros, aunque fueran viejos. Pero el domingo siguiente, fecha en que debía recibir su primera comunión, la niña contempló sus zapatos rojos y luego los negros... Miró otra vez los rojos, y por último se los puso.

Era un hermoso día de sol. Karen y la anciana señora tenían que pasar a través de un campo de trigo, por ser un sendero bastante polvoriento. Junto a la puerta de la iglesia había un soldado viejo con una muleta; tenía una extraña y larga barba de singular entonación rojiza, y se inclinó casi hasta el suelo al preguntar a la dama si le permitía sacudir el polvo de sus zapatos. La niña extendió también su piececito.
-¡Vaya! ¡Qué hermosos zapatos de baile! -exclamó el soldado-. Procura que no se te suelten cuando dances. -Y al decir esto tocó las suelas de los zapatos con la mano.

La anciana dio al soldado una moneda de cobre y entró en la iglesia acompañada por Karen. Toda la gente, y también las imágenes, miraban los zapatos rojos de la niña. Cuando Karen se arrodilló ante el altar en el momento más solemne, sólo pensaba en sus zapatos rojos, que parecían estar flotando ante su vista. Olvidó unirse al himno de acción de gracias, olvidó el rezo del Padrenuestro.

Finalmente la concurrencia salió del templo y la anciana se dirigió a su coche. Karen levantó el pie para subir también al carruaje, y en ese momento el soldado, que estaba de pie tras ella, dijo:
-¡Lindos zapatos de baile!

Sin poder impedirlo, Karen dio unos saltos de danza, y una vez empezado el movimiento siguió bailando involuntariamente, llevada por sus pies. Era como si los zapatos tuvieran algún poder por sí solos. Siguió bailando alrededor de la iglesia, sin lograr contenerse. El cochero tuvo que correr tras ella, sujetarla y llevarla al coche, pero los pies continuaban danzando, tanto que golpearon horriblemente a la pobre señora. Por último, Karen se quitó los zapatos, lo cual permitió un poco de alivio a sus miembros.

Al llegar a la casa, la señora guardó los zapatos en un armario, pero no sin que Karen pudiera privarse de ir a contemplarlos.
Por aquellos días la anciana cayó enferma de gravedad. Era necesario atenderla y cuidarla mucho, y no había nadie más próxima que Karen para hacerlo. Pero en la ciudad se daba un gran baile, y la muchacha estaba también invitada. Miró a su protectora, y se dijo que después de todo la pobre no podría vivir. Miró luego sus zapatos rojos y resolvió que no habría ningún mal en asistir a la fiesta. Se calzó, pues, los zapatos, se fue al baile y empezó a danzar. Pero cuando quiso bailar hacia el fondo de la sala, los zapatos la llevaron hacia la puerta, y luego escaleras abajo, y por las calles, y más allá de los muros de la ciudad. Siguió bailando y alejándose cada vez más sin poder contenerse, hasta llegar al bosque. Al alzar la cabeza distinguió algo que se destacaba en la oscuridad, entre los árboles, y le pareció que era la luna; pero no; era un rostro, el del viejo soldado de la barba roja. El soldado meneó la cabeza en señal de aprobación y dijo:
-¡Qué lindos zapatos de baile!
Aquello infundió a la niña un miedo terrible; quiso quitarse los zapatos y tirarlos lejos, pero era imposible: los tenía como adheridos a los pies. Cuanto más danzaba más tenía que bailar, por campos y praderas, bajo la lluvia y bajo el sol, de día y de noche, pero por la noche aquello era terrible.

Entró bailando por las puertas del cementerio, pero los muertos no la acompañaron en su danza: tenían otra cosa mejor que hacer. Trató de sentarse sobre la tumba de un mendigo, sobre la cual crecía el amargo ajenjo, pero no había descanso posible para ella. Y cuando se acercó, bailando, al portal de la iglesia, vio a un ángel de pie junto a la puerta, con larga túnica blanca y alas que llegaban de los hombros al suelo. El rostro del ángel mostrábase grave y sombrío, y su mano sostenía una espada.

-Tendrás que bailar -le dijo-. Tendrás que bailar con tus zapatos rojos hasta que estés pálida y fría, y la piel se te arrugue, y te conviertas en un esqueleto. Bailarás de puerta en puerta, y allí donde encuentres niños orgullosos y vanidosos llamarás para que te vean y tiemblen. Sí, tendrás que bailar...
-¡Piedad! -gritó Karen, pero no alcanzó a oír la respuesta del ángel, porque los zapatos la habían llevado ya hacia los campos, por los caminos y senderos. Y sin cesar seguía bailando.

Cierta mañana pasó danzando ante una puerta que ella conocía muy bien. Del interior procedía un rumor de plegarias, y salió un cortejo portador de un ataúd cubierto de flores. Y Karen supo así que la anciana señora había muerto, y se sintió desamparada por todo el mundo, maldita hasta por los santos ángeles de Dios.

Siguió, siguió danzando. Tenía que bailar, aun en las noches más oscuras. Los zapatos la llevaban por sobre zarzas y rastrojos hasta dejarle los pies desgarrados, sangrantes. Más allá de los matorrales llegó a una casita solitaria, donde ella sabía que vivía el verdugo. Golpeó con los dedos en el cristal de la ventana y llamó:

-¡Ven! ¡Ven! ¡Yo no puedo entrar, estoy bailando!
-¿Acaso no sabes quién soy yo? -respondió el verdugo-. Yo soy el que le corta la cabeza a la gente mala. ¡Y mira! ¡Mi hacha está temblando!
-¡No me cortes la cabeza -rogó Karen-, pues entonces nunca podría arrepentirme de mis pecados!
Pero, por favor, ¡córtame los pies, con los zapatos rojos!
Le explicó todo lo ocurrido, y el verdugo le cortó los pies con los zapatos, pero éstos siguieron bailando con los piececitos dentro, y se alejaron hasta perderse en las profundidades del bosque.

Luego el verdugo le hizo un par de pies de madera y dos muletas, y le enseñó un himno que solían entonar los criminales arrepentidos. Ella le besó la mano que había manejado el hacha, y se alejó por entre los matorrales.
"Ya he padecido bastante con estos zapatos -se dijo-. Ahora iré a la iglesia, par que todos puedan verme".

Y se dirigió tan rápidamente como pudo a la puerta del templo. Al llegar allí vio a los zapatos que bailaban ante ella, y aquello le dio tanto terror que se volvió a su casa.

Toda la semana estuvo muy triste, derramando lágrimas amargas, pero al llegar el domingo se dijo: "Ahora sí que ya he sufrido bastante. Me parece que estoy a la par de muchos que entran en la iglesia con la cabeza alta". Salió a la calle sin vacilar más, pero apenas había pasado de la puerta volvió a ver los zapatos rojos bailando ante ella. Se sintió más aterrorizada que nunca, y volvió la espalda, pero esta vez con verdadero arrepentimiento en el corazón. Se dirigió entonces a la casa del párroco y suplicó que la tomaran a su servicio, prometiendo trabajar cuánto pudiera, sin reclamar otra cosa que un techo y el privilegio de vivir entre gente bondadosa. La esposa del sacristán tenía buenos sentimientos, se compadeció y habló por ella al párroco. Karen demostró ser muy industriosa e inteligente, y se hizo querer por todos, pero cuando oía a las niñas hablar de lujos y vestidos, y pretender ser lindas como reinas, meneaba la cabeza.

El domingo siguiente fueron todos al templo, y preguntaron a Karen si quería ir con ellas. Pero Karen miró sus muletas tristemente y con lágrimas en los ojos. Y se fueron sin ella a la iglesia, mientras la niña se quedó sentada sola en su pequeña habitación, donde no cabía más que una cama y una silla. Estaba leyendo en su libro de oraciones, con humildad de corazón, cuando oyó las notas del órgano que el viento traía desde la iglesia. Levantó su rostro cubierto de lágrimas y dijo: "¡Oh, Dios, ayúdame!"

En ese momento el sol brilló alrededor de ella, y el ángel de túnica blanca que ella viera aquella noche a la puerta del templo se presentó de pie ante sus ojos. Ya no tenía en la mano la espada, sino una hermosa rama verde cuajada de rosas. Con esa rama tocó el techo, y éste se levantó hasta gran altura, y en cualquier otra parte que tocaba la rama aparecía una estrella de oro. Al tocar el ángel las paredes, el ámbito de la habitación se ensanchó, y en su interior resonaron las notas del órgano, y Karen vio las imágenes en sus hornacinas. Toda la congregación estaba en sus bancos, cantando en voz alta, y la misma Karen se encontró a sí misma en uno de los asientos, al lado de otras personas de la parroquia. Cuando acabó el himno, todos volvieron la vista hacia ella y dijeron: "¡Qué alegría verte de nuevo entre nosotros después de tanto tiempo, pequeña Karen!"

-Todo ha sido por la misericordia de Dios -respondió ella. El órgano resonó de nuevo y las voces de los niños le hicieron eco dulcemente en el coro. La cálida luz del sol penetró a raudales por las ventanas y fue a iluminar plenamente el sitio donde estaba sentada Karen. Y el corazón de la niña se colmó tanto de sol, de luz y de alegría, que acabó por romperse. Su alma voló en la luz hacia el cielo, y ninguno de los presentes hizo siquiera una pregunta acerca de los zapatos rojos.

ATARDECER EN COLONIA DE SACRAMENTO














COLONIA DE SACRAMENTO - URUGUAY



Colonia del Sacramento es una ciudad uruguaya de origen portugués del siglo XVII, que se identifica por su estilo y reminiscencia netamente colonial con cierto toque de nostalgia, situada a 177 kilómetros de Montevideo capital de República Oriental del Uruguay.
Colonia del Sacramento fue declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad y sus importantes atractivos son el Casco Histórico, que comprende Puerta de Campo, la Calle de los Suspiros con su original pavimento de piedra, el Convento de San Francisco Xavier y la Iglesia Matriz, la iglesia más antigua de Uruguay.
Igualmente suena tentador dar un paseo a pie por su hermosa Rambla o por la Plaza Mayor, donde los fines de semana puede observarse el cambio de Guardia Española y Portuguesa, o visitar la zona del Real de San Carlos, lo que antiguamente fue un selecto complejo turístico para la alta sociedad porteña.

Con respecto a la Calle de los Suspiros, se trata de uno de los lugares más típicos y románticos de Colonia de Sacramento... Mientras uno atraviesa la estrecha callezuela de piedras, es capaz de transportarse miles de años atrás cuando los Ingleses llegaron por primera vez a estas tierras...




Los atardeceres en Colonia de Sacramento son simplemente mágicos, melancólicos y deslumbrantes...


Resumiendo, Colonia de Sacramento es un lugar que te atrapa desde el primero momento que llegas a ella.. te cautiva en su plenitud ... te enamora con su historia, la calidez de sus personas, y con los más bellos paisajes que jamás te pudieras haber imaginado antes...

Yo me enamoré de Colonia... bastó un sólo día para enamorme de ella y llevármela en mi corazón por siempre...

FRASES DE PELÍCULAS (1)

1) "Si existe la magia en pelear batallas más allá de los que uno resiste, es la magia de arriesgar todo por un sueño, que nadie más que tú puede ver".
Morgan Freeman - Million dollar baby


2) "Toda historia tiene un final,pero en la vida cada final es un nuevo comienzo".
Brittany Murphy - Pequeñas grandes amigas


3) "Si no sueñas, nunca podrás conseguir lo que hay mas allá de tus sueños".
Julia Roberts- La boda de mi mejor amigo


4) "No te das cuenta, todos los pasos que he dado han sido para estar cerca de ti".
Zhang Ziyi - Memorias de una Geisha


5) "Te garantizo que habrá épocas difíciles y te garantizo que en algún momento uno de los dos o los dos querremos dejarlo todo, pero también te garantizo que si no te pido que seas mío me arrepentiré durante el resto de mi vida porque sé en lo más profundo de mi ser que estás hecho para mí".
Julia Roberts - Novia a la fuga


6) "He venido aquí esta noche porque me he dado cuenta de que quiero pasar el resto de mi vida con alguien. Y quiero que el resto de mi vida empiece ya".
Billy Crystal - Cuando Harry encontró a Sally

7) "No quiero necesitarte...porque no puedo tenerte".
Clint Eastwood - Los Puentes de Madison


8) "Mama siempre decía que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes cual te va a tocar"
Tom Hanks - Forest Gump


9) "He cruzado océanos de tiempo para encontrarte"
Drácula


10) "Beginnings are usually scary and endings are usually sad, but it's everything in between that makes it all worth living."
Sandra Bullock - "Hope Floats"



11) "Don't forget. I'm just a girl standing in front of a boy...asking him to love her."
Julia Roberts - Notting Hill

El Principito

Les comparto uno de los pasajes más bellos, en mi humilde opinión, de una de las más bellas obras escritas por un hombre para un hombre con corazón de niño, y también para aquellos que ya no son tan niños...


El principito escaló hasta la cima de una alta montaña. Las únicas montañas que él había conocido eran los tres volcanes que le llegaban a la rodilla. El volcán extinguido lo utilizaba como taburete. "Desde una montaña tan alta como ésta, se había dicho, podré ver todo el planeta y a todos los hombres..." Pero no alcanzó a ver más que algunas puntas de rocas.

-¡Buenos días! -exclamó el principito al azar.
-¡Buenos días! ¡Buenos días! ¡Buenos días! -respondió el eco.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito.
-¿Quién eres tú?... ¿Quién eres tú?... ¿Quién eres tú?... -contestó el eco.
-Sed mis amigos, estoy solo -dijo el principito.
-Estoy solo... estoy solo... estoy solo... -repitió el eco.
"¡Qué planeta más raro! -pensó entonces el principito-, es seco, puntiagudo y salado.
Y los hombres carecen de imaginación; no hacen más que repetir lo que se les dice... En mi tierra tenía una flor: hablaba siempre la primera... "



Pero sucedió que el principito, habiendo atravesado arenas, rocas y nieves, descubrió finalmente un camino. Y los caminos llevan siempre a la morada de los hombres.

-¡Buenos días! -dijo.
Era un jardín cuajado de rosas.
-¡Buenos días! -dijeran las rosas.
El principito las miró. ¡Todas se parecían tanto a su flor!
-¿Quiénes son ustedes? -les preguntó estupefacto.
-Somos las rosas -respondieron éstas.
-¡Ah! -exclamó el principito.


Y se sintió muy desgraciado. Su flor le había dicho que era la única de su especie en todo el universo. ¡Y ahora tenía ante sus ojos más de cinco mil .todas semejantes, en un solo jardín!


Si ella viese todo esto, se decía el principito, se sentiría vejada, tosería muchísimo y simularía morir para escapar al ridículo. Y yo tendría que fingirle cuidados, pues sería capaz de dejarse morir verdaderamente para humillarme a mí también... "

Y luego continuó diciéndose: "Me creía rico con una flor única y resulta que no tengo más que una rosa ordinaria. Eso y mis tres volcanes que apenas me llegan a la rodilla y uno de Ios cuales acaso esté extinguido para siempre.

Realmente no soy un gran príncipe... " Y echándose sobre la hierba, el principito lloró.


ENTONCES apareció el zorro:

-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.
-¿
Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "
-¿Crear lazos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.


El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no fienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, Ios hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

El principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejempló, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la feliçidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunça sabré cuándo preparar mi corazón...
Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra.
Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.


De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando eI día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
-Ciertamente -dijo el zorro.
- Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zoro- he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.


Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
-
Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi
rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo

(*) Extraído de "EL PRINCIPITO" de Antoine de Saint-Exupéry.
(**) El subrayado es nuestro.
(***) Gracias Marco por regalarme uno de los tesoros más grande que puedo tener: Tu amistad.
(****) Dedicado para aquellos "zorros" que desearía "domesticar" de todo corazón, pero están cegados ya que no pueden ver que lo esencial, lo más valioso es invisible para los ojos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Better in Time

Y empezamos publicando canciones que para mí tienen un significado especial... básicamente por que en muchas ocasiones, las letras de las canciones cobran vida con mi vida misma y adquieren su verdadera razón de ser...

En esta oportunidad, les comparto la canción de Leona Lewis "Better in Time" ...
Dedicado para aquellos que alguna vez se ilusionaron y tuvieron que despertar y volver a empezar...


"Better In Time"

It's been the longest winter without you
I didn't know where to turn to
See somehow I can't forget you
After all that we've been through

Going coming thought I heard a knock
Who's there no oneThinking that I deserve it
Now I realize that I really didn't know
If you didn't notice you mean everything
Quickly I'm learning to love again
All I know is I'm gonna be OK

[Chorus:]
Thought I couldn't live without you
It's gonna hurt when it heals too
It'll all get better in time
And even though I really love you
I'm gonna smile cause I deserve to
It'll all get better in time

I couldn't turn on the TV
Without something there to remind me
Was it all that easy
To just put aside your feelings

If I'm dreaming don't wanna laugh
Hurt my feelings but that's the path
I believe in
And I know that time will heal it
If you didn't notice boy you meant everything
Quickly I'm learning to love again
All I know is I'm gonna be OK

[Chorus:]
Thought I couldn't live without you
It's gonna hurt when it heals too
It'll all get better in time
And even though I really love you
I'm gonna smile cause I deserve to
It'll all get better in time

Since there's no more you and me
It's time I let you go
So I can be free
And live my life how it should be
No matter how hard it is
I'll be fine without you
Yes I will

[Chorus: X2]
Thought I couldn't live without you
It's gonna hurt when it heals too
It'll all get better in time
And even though I really love youI'm gonna smile cause I deserve to
It'll all get better in time



http://es.youtube.com/watch?v=VrNoDUblAtE

Vive Mejor

Haz como los pájaros: comienza el día cantando.
La música es alimento para el espíritu.
Canta cualquier cosa, canta desafinando, pero canta.
Si insistes en no cantar, por lo menos escucha música y déjate llevar por ella.


Ríete de la vida, ríete de los problemas, ríete de ti mismo.
La gente comienza a ser feliz cuando es capaz de reirse de sí misma.
Riéte abiertamente para que todos se puedan contagiar de tu alegría.


No te dejes abatir por los problemas.
Si procuras convencerte de que estás bien, vas a terminar convenciéndote de que realmente lo estás, y cuando menos lo pienses te vas a sentir realmente bien.


El buen humor, así como el mal humor, se contagian.
Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor también lo estarán.
Lee cosas positivas, lee buenos libros, lee poesía, la poesía es el arte de aceitr el alma.
Práctica algún deporte, te vas a sentir bien dispuesto, más animado, más joven


Pon amor en todo lo que está a tu alcance.
Cuanto te propongas hacer algo, ¡métete de cabeza!
No dejes escapar las oportunidades que la vida te ofrece, ellas no vuelven.
Habla, conversa, explica discute, perdona: lo que mata es el silencio, el rencor.
Exterioriza todo, deja que las personas sepan que las estimas, las amas, que las necesitas!!!


Vuelve las cosas puras, dedicate a la naturaleza
Cultiva tu interior y ella hará que brote belleza de todos tus poros.
Tú puedes! Todos podemos.
Entonces....


Vamos a vivir mejor!!!!!!!!!!!

Presentación



Hola! Antes que nada, gracias por visitar mi Blog! :)


Mi nombre es Patricia, pero por lo general me llaman Patty, Pathy o Pattyuska. Tengo 28 años y soy peruana. Vivo en Perú desde siempre, aunque también he tenido oportunidad de vivir por unos meses en Buenos Aires.


Soy abogada de profesión y periodista de vocación. Me encanta todo lo relacionado con la historia, la tecnología y la sociedad.


Me fascina viajar y conocer gente nueva... entre mis hobbies están escuchar todo tipo de música (actualmente, disfruto de la música de Diana Krall e Il Divo), conversar, bailar, navegar por internet... y cuando se puede, hacer spinning ;)


Soy una persona soñadora, romántica, dulce, espontánea, alegre y sobretodo, muy sincera. No me gusta las mentiras ni la impuntualidad... me gustan las cosas sencillas de la vida... me pueden robar el corazón con detalles como con una rosa, una canción, un atardecer o un beso especial...


Me gustan los animales... en especial los gatos...


Bueno, creo que para comenzar, les he compartido bastante.

Nos vemos...

P